La caries es una de las enfermedades bucodentales más comunes en el mundo y afecta tanto a niños como a adultos. Se trata de un proceso infeccioso que destruye progresivamente el esmalte y la dentina de los dientes, pudiendo llegar a comprometer incluso la pulpa dental. Cuando el problema se localiza en los molares, hablamos de muelas con caries, una condición particularmente frecuente debido a la forma y función de estas piezas dentales.
En este artículo te explicamos qué son, por qué aparecen, qué síntomas generan, cómo tratarlas y, sobre todo, cómo prevenirlas de manera eficaz.
¿Qué son las caries?
La caries es una enfermedad multifactorial provocada por la acción de bacterias presentes en la boca que metabolizan azúcares y producen ácidos. Estos ácidos desmineralizan el esmalte dental, generando una pérdida de tejido que avanza con el tiempo si no se trata.
Al inicio, las lesiones pueden ser superficiales y pasar desapercibidas, pero a medida que progresan, se profundizan en la estructura dental, causando dolor, sensibilidad e incluso infecciones graves.
¿Por qué son tan frecuentes las muelas afectadas?
Las muelas afectadas son muy habituales por varios motivos:
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Morfología dental: los molares presentan surcos y fisuras profundas donde se acumulan restos de alimentos y bacterias.
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Acceso difícil: al estar al fondo de la boca, son más complicados de limpiar correctamente con el cepillo.
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Fuerzas de masticación: soportan gran presión al triturar alimentos, lo que favorece microfisuras y desgaste.
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Hábitos dietéticos: el consumo de azúcares y bebidas ácidas daña con facilidad estas piezas.
Por ello, los odontólogos insisten en que la higiene en la zona posterior de la boca debe ser especialmente cuidadosa.
Etapas de desarrollo de la caries
La evolución de la caries puede dividirse en distintas fases:
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Desmineralización inicial: aparecen manchas blancas en el esmalte. En esta etapa no hay dolor.
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Afectación del esmalte: se forma una cavidad superficial.
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Avance hacia la dentina: el daño penetra más profundamente y puede aparecer sensibilidad.
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Compromiso pulpar: la caries llega al nervio dental, provocando dolor intenso y riesgo de infección.
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Formación de abscesos: si no se trata, puede originar inflamación, infección e incluso pérdida de la pieza.
En el caso de las muelas afectadas, la progresión suele ser más rápida por la anatomía de estos dientes.
Síntomas más comunes
Los signos que alertan de la presencia de caries son:
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Dolor al masticar.
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Sensibilidad al frío, calor o alimentos dulces.
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Mal aliento persistente.
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Manchas oscuras o blancas en los dientes.
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Cavidades visibles.
Cuando se trata de muelas afectadas, el dolor puede irradiarse a otras zonas de la mandíbula, cabeza o incluso al oído, lo que complica el diagnóstico precoz.
Consecuencias de no tratarlas
Ignorar la presencia de caries puede tener graves repercusiones:
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Pérdida de la pieza dental.
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Infecciones que se extienden al hueso maxilar.
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Problemas digestivos por dificultad al masticar.
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Dolor crónico que afecta a la calidad de vida.
En las muelas con caries, estas complicaciones aparecen con mayor frecuencia, ya que son piezas fundamentales para la masticación.
Tratamientos disponibles
El tratamiento de la caries depende de la fase en que se encuentre:
Obturación o empaste
Se elimina el tejido dañado y se rellena con resinas compuestas o amalgamas. Es el tratamiento más habitual en caries leves o moderadas.
Endodoncia
Cuando la caries afecta a la pulpa, se realiza la desvitalización del diente. Este procedimiento permite conservar la pieza y eliminar el dolor.
Reconstrucciones y coronas
En casos de gran destrucción, es necesario restaurar el diente con materiales resistentes que devuelvan su forma y función.
Extracción dental
Cuando el daño es irreversible, no queda otra opción que extraer el diente. Esto es común en muelas con caries muy avanzadas.
Prevención: la mejor estrategia
La mejor estrategia frente a las caries es la prevención. Algunas recomendaciones son:
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Higiene diaria adecuada: cepillarse al menos dos veces al día, usar hilo dental y enjuague bucal.
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Dieta equilibrada: limitar azúcares y bebidas ácidas, aumentando el consumo de frutas, verduras y agua.
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Aplicación de flúor: fortalece el esmalte y lo hace más resistente a los ácidos.
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Selladores dentales: ideales para prevenir muelas con caries, ya que cubren los surcos de los molares con una resina protectora.
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Revisiones periódicas: visitar al odontólogo cada seis meses permite detectar y tratar lesiones incipientes.
Caries en niños y adolescentes
Los niños son especialmente vulnerables a la caries debido a la dieta, la falta de destreza en el cepillado y la inmadurez del esmalte. Las muelas afectadas en edad infantil deben tratarse cuanto antes, incluso si son temporales, ya que guían el desarrollo de los dientes permanentes.
El uso de selladores, flúor tópico y educación en hábitos saludables es fundamental para prevenir problemas futuros.
Mitos frecuentes sobre la caries
Algunas creencias erróneas:
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“Si no duele, no es grave”: en realidad, puede estar avanzando sin causar síntomas.
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“Las muelas de leche no necesitan tratamiento”: falso, ya que afectan al desarrollo de la dentición permanente.
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“El azúcar moreno daña menos que el blanco”: ambos favorecen la aparición de caries.
Romper con estos mitos es esencial para un correcto cuidado bucodental.
La caries es una enfermedad silenciosa que, si no se trata, puede comprometer gravemente la salud dental. Las muelas afectadas, por su ubicación y forma, requieren especial cuidado y revisiones periódicas.
Con una buena prevención, revisiones periódicas y tratamientos adecuados, es posible mantener una boca sana y una sonrisa funcional durante toda la vida. En la Clínica Dental del Dr. Román Hernández ofrecemos un enfoque integral para el diagnóstico y tratamiento de caries, con tecnología avanzada y un equipo especializado que garantiza resultados efectivos y duraderos.